Estudio genético de intolerancia a la lactosa


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¿Qué es?

Sufrir de intolerancia a la lactosa significa que la persona no puede digerir alimentos que contienen lactosa.

La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. El cuerpo necesita una enzima llamada lactasa para digerir la lactosa. La lactasa divide la lactosa, un azúcar complejo, en sus dos componentes: glucosa y galactosa. Luego estos azúcares simples son absorbidos por la pared intestinal y pasan al torrente sanguíneo. En ausencia de lactasa, la lactosa no puede digerirse ni absorberse.

La intolerancia a la lactosa se presenta cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de esta enzima, por lo que el cuerpo no puede digerir el azúcar (lactosa) que contiene la leche.

Las personas que tienen deficiencia de lactasa en la mucosa intestinal (hipolactasia) no digieren la lactosa correctamente, hecho que produce los síntomas característicos de la intolerancia a la lactosa.

Los niveles de lactasa son altos en los bebés lactantes, lo cual les permite digerir la leche. No obstante, en la mayoría de los adultos los niveles de lactasa disminuyen después del periodo de lactancia. Se estima que entre el 70 y el 75% de la población mundial sufre intolerancia a la lactosa sin saberlo, según el Instituto Politécnico Nacional.

Proceso


Extracción de 3 mL de sangre EDTA.

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Recepción y análisis de la muestra en nuestro laboratorio.

Envío del informe en 10 días laborables.

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En el caso de necesitar alguna aclaración, tu médico te explicará los resultados.


Signos y síntomas

Los síntomas de la intolerancia a la lactosa suelen comenzar entre 30 minutos y 2 horas después de comer o beber alimentos que contienen lactosa, los más comunes son:
  • Diarrea
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Cólicos estomacales
  • Hinchazón abdominal y retortijones
  • Gases

Indicaciones

Es un estudio recomendado para todas las personas, especialmente aquellas que tienen síntomas de intolerancia o problemas digestivos frecuentes:
  • Indicado en la evaluación de la hipolactasia en adultos con síntomas clínicos de intolerancia a la lactosa.
  • Sospecha clínica de intolerancia a la lactosa.

 Factores de riesgo


 Existen algunos factores de riesgo que pueden hacer que, genéticamente, tu o tu hijo seáis más propensos a tener intolerancia a la lactosa,   algunos de ellos son:

  • Edad avanzada: la intolerancia a la lactosa suele aparecer en la edad adulta. Poco frecuente en bebés y niños pequeños.
  • Origen étnico: más frecuente en personas de origen africano, asiático, hispano o nativo americano.
  • Nacimiento prematuro: los bebés prematuros pueden tener niveles reducidos de lactasa debido a que el intestino delgado no genera células protectoras de lactasa hasta finales del tercer trimestre.
  • Enfermedades que afectan al intestino delgado: como el crecimiento bacteriano excesivo, la enfermedad celíaca y la enfermedad de Crohn.
  • Ciertos tratamientos oncológicos: personas que han recibido radioterapia contra el cáncer de estómago o complicaciones intestinales a partir de la quimioterapia tienen mayor riesgo.

Resultados


Nuestro estudio genético de intolerancia a la lactosa consiste en el análisis genético del ADN del paciente para determinar la presencia de dos polimorfismos en el gen MCM6 asociados al desarrollo de la intolerancia a la lactosa en la fase adulta.

El estudio se realiza a través de la técnica PCR Real Time.

Alternativamente a la prueba del aliento/prueba respiratoria, el análisis se realiza a partir de una muestra de sangre, evitando la exposición directa del paciente a sustancias que contengan lactosa.

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Preguntas frecuentes


Los resultados se presentan en un informe online.

En el caso de necesitar aclaraciones, tu médico te explicará los resultados en profundidad.

La variabilidad de los síntomas y su intensidad dependerá en cada individuo de varios factores.

Factor de consumo:

  • Cantidad de lactosa ingerida.
  • Tipo de lácteo ingerido (leche, yogur, etc.)
  • Consumo simultáneo con otra comida.

Factor individual/fisiológico:

  • Nivel actividad lactasa individuo.
  • Velocidad de vaciado gástrico.
  • Motilidad intestinal (hipersensibilidad visceral).
  • Macrobiota particular del individuo (colon).
  • Capacidad absorción de agua del colón.

Probablemente los dos factores más importantes en determinar la presencia de síntomas son la cantidad de lactosa ingerida y la capacidad absortiva de agua del colon en la compensación y rescate de carbohidratos, reabsorbiendo agua y ácidos grasos de cadena corta.

Porque la lactasa es una de las enzimas intestinales más delicadas y vulnerables. Si seguimos tomando lactosa, se agrandará la lesión en la mucosa intestinal y se producirá un círculo vicioso: lesión de la mucosa/mala digestión de lactosa, que será cada vez más difícil de solucionar.

Aunque ambas dolencias tienen un mismo origen (la leche o los lácteos) no tienen nada que ver (La alergia a la PLV es reacción del sistema inmunitario ante la proteína de la leche. Eso explica que en el mercado puedas encontrar productos aptos para los intolerantes a la lactosa (leches, quesos sin lactosa, etc.) que, en cambio, no son aptos para los alérgicos a la PLV.

La buena noticia es que puedes disfrutar del delicioso sabor y los altos nutrientes de la leche, queso y yogur si eres intolerante a la lactosa. Por ejemplo, la leche deslactosada contiene los mismos 13 nutrientes esenciales que la leche regular, incluyendo 8 gramos de proteína de alta calidad y vitamina D, que es relacionada con un sistema inmunológico saludable.

El yogur contiene cultivos vivos y activos que pueden ayudar a descomponer y digerir la lactosa. Esto es cierto de otros lácteos que contienen cultivos vivos como el kéfir.

Finalmente, quesos duros como Cheddar, queso Monterey y mozzarella contienen niveles mínimos de lactosa y se pueden tolerar más que los quesos frescos.