
La pandemia de COVID-19 ha tenido un gran impacto en la salud de la población a demás de implicaciones importantes para todos los sectores de la sociedad y para la vida cotidiana de las personas. No obstante, la variable Ómicron, mayoritaria a partir de la sexta ola epidémica, presentó características diferentes a las anteriores con una gravedad reducida debido, entre otros factores, a los altos niveles de inmunidad de la población tanto por las altas coberturas de vacunación como por la inmunidad adquirida por haber sufrido la infección.
SÉPTIMA OLA DE CORONAVIRUS
Las vacaciones de este verano, que se prevé con mucho movimiento turístico tras dos años de pandemia, coinciden con una séptima ola de coronavirus en pleno ascenso por las nuevas variantes que están disparando los casos positivos en España y también los ingresos.
NUEVOS SÍNTOMAS
Responsables de este significativo aumento de casos son las nuevas subvariantes de Ómicron, la BA.4 y BA.5, mucho más virulentas que la matriz y con mayor escape inmune, lo que ha provocado reinfecciones en pocos meses. Aunque con grandes semejanzas a Ómicron, estas variaciones presentan algunos síntomas que las diferencian como diarrea, dolor de garganta y un tiempo de incubación más corto. Pero los síncopes o mareos que pueden acabar en desmayos son otros dos síntomas asociados.
Las nuevas variantes BA.4 y BA.5 son las causantes de muchos de los ingresos hospitalarios que se están produciendo en las últimas semanas en nuestro país. Aunque no parece que produzcan síntomas más graves que Ómicron, sí son contagiosas, según las autoridades.
La incidencia médica en España supera los 840 casos y los hospitales están volviendo a incrementar su ocupación, así como las UCI, lo que hace extremar las precauciones de cara a una posible séptima ola en plenas vacaciones de verano y con varios eventos multitudinarios en agenda.