Tos Ferina: qué es, síntomas y causas
La tos ferina (pertussis) es una infección de las vías respiratorias muy contagiosa causada por un tipo de bacteria llamada Bordetella pertussis. Las bacterias de la tos ferina se adhieren a los cilios (pequeñas extensiones parecidas a vellos) que recubren parte del aparato respiratorio superior. Estas bacterias liberan toxinas (venenos) que dañan los cilios y provocan la inflamación de las vías respiratorias.
Las bacterias que causan la tosferina se propagan fácilmente de persona a persona a través del aire. Cuando una persona que tiene tosferina estornuda o tose, puede liberar pequeñas partículas con bacterias en ellas. Luego otras personas inhalan las bacterias. También se propagan cuando las personas pasan mucho tiempo juntas o comparten el espacio donde respiran, como cuando sostienen a su bebé recién nacido en su pecho.
La vacuna contra la tos ferina que se recibe en la niñez pierde su efecto a la larga. Esto deja a la mayoría de los adolescentes y adultos expuestos a la infección durante un brote, y siguen produciéndose brotes hoy en día. Los bebés menores de 12 meses de edad que no están vacunados o que no recibieron todas las vacunas recomendadas tienen el mayor riesgo de complicaciones graves y muerte.
Las muertes asociadas a la tos ferina son muy poco frecuentes, pero ocurren frecuentemente en bebés. Por eso es tan importante que las mujeres embarazadas, y otras personas que van a tener contacto directo con el bebé, se vacunen contra la tos ferina.
SÍNTOMAS
Una vez que te contagias con tos ferina, los signos y síntomas demoran unos 7 a 10 días en aparecer, aunque a veces puede ser más tiempo. Por lo general son leves al principio y se parecen a los del resfriado común:
- Moqueo
- Congestión nasal
- Ojos enrojecidos, llorosos
- Fiebre
- Tos
Luego de una semana o dos los signos y síntomas empeoran. La mucosidad espesa se acumula en las vías respiratorias y causa una tos incontrolable. Los ataques graves y prolongados de tos pueden:
- Provocar vómitos
- Volver el rostro enrojecido o azulado
- Causar fatiga extrema
- Terminar con un sonido silbante y chillón agudo al inhalar aire
No obstante, muchas personas no presentan el característico sonido chillón. A veces, una tos seca persistente es el único signo de que un adolescente o adulto tiene tos ferina.
Los bebés puede que no tosan en absoluto. En cambio, puede que se les haga difícil respirar o incluso dejen de respirar temporalmente (apneas).
DIAGNÓSTICO
Los profesionales de atención médica y los laboratorios diagnostican la tosferina al considerar si el/la paciente ha estado en contacto con alguien que tiene esta enfermedad y al hacer lo siguiente:
- Revisar los antecedentes de los signos y síntomas típicos
- Una prueba de laboratorio de una muestra de mucosidad de la parte de atrás de la garganta (frotis nasofaríngeo)
- Un análisis de sangre de confirmación
CÓMO MANEJAR LOS SÍNTOMAS EN CASA
Es importante que, si te han diagnosticado tos ferina, manejes los síntomas de la tos ferina y disminuyas el riesgo de transmitir las bacterias a otras personas.
- Toma los antibióticos exactamente de la manera en que te los haya recetado el médico.
- En lo posible, mantén la casa libre de agentes irritantes que pudieran desencadenar la tos, tales como humo, polvo y vapores de sustancias químicas.
- Usa un humidificador limpio de vapor frío para ayudar a aflojar las mucosidades y a calmar la tos.
- Lávate frecuentemente las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
- Come pequeñas comidas cada ciertas horas para ayudar a prevenir los vómitos.
- Toma bastante líquido, como agua, jugos y sopas, y come frutas para evitar la falta de líquidos (deshidratación).
- No tomes medicamentos para la tos salvo que te lo recomiende su profesional de atención médica. La medicina para la tos probablemente no ayudará y con frecuencia no se recomienda para niños menores de 4 años.
Debes notificar de inmediato cualquier signo de deshidratación a tu profesional de atención médica. Los signos de deshidratación incluyen:
- Boca seca o pegajosa
- Somnolencia o cansancio
- Sed
- Menos cantidad de orina o menos pañales mojados
- Pocas o ninguna lágrima cuando llora
- Debilidad muscular
- Dolor de cabeza
- Mareos o sensación de desmayo.