¿Estás embarazada? ¿Te preguntas si tu bebé está sano? Con el embarazo se inicia un viaje de 9 meses en el que tanto el cuerpo de la madre como el sistema sanitario se activan para intentar garantizar al máximo el correcto desarrollo del bebé.
Estar esperando un bebé es una de las mejores noticias que puede tener una persona, sin embargo, puede generar multitud de dudas. ¿Mi bebé está sano? ¿Se estará desarrollando correctamente? ¿Cómo puedo quedarme tranquila?
Durante el embarazo se realiza un seguimiento médico exhaustivo que permite ir conociendo el estado y desarrollo del feto.
El embarazo se divide principalmente en tres etapas, una por trimestre, en las cuales la futura madre sufre muchos cambios en su organismo. Pese a que los síntomas pueden variar en cada caso, los más comunes durante el primer trimestre son, principalmente: cambios de humor, sensación de cansancio o náuseas.
Acompañados de estos síntomas aparecen otros factores que compensan los síntomas negativos como: sentir el latido del bebé, el desarrollo de las extremidades en las ecografías y, en algunos casos, conocer el sexo del bebé.
En esta etapa son frecuentas las visitas al ginecólogo. Entre estas visitas cabe destacar el cribado bioquímico, que se realiza entre la semana 9 y 12 de embarazo. Esta prueba, consistente en dos analíticas, que medirán la concentración de la proteína PAPP-A y de la β-hCG (la hormona del embarazo), y una ecografía, que medirá la translucencia nucal. También tendrá en cuenta la edad de la madre.
Permite conocer el riesgo que tiene el feto de padecer alteraciones como:
- Síndrome de Down: Provocado por la presencia de 3 copias del cromosoma 21 en lugar de 2.
- Síndrome de Edwards: Provocado por la presencia de 3 copias del cromosoma 18 en lugar de 2.
El resultado del cribado permite conocer el riesgo o probabilidad del feto de sufrir una anomalía cromosómica. Se considera que si la probabilidad es igual o superior a 1 entre 230 es recomendable realizar pruebas complementarias.
Existen dos tipos de pruebas complementarias:
- Pruebas invasivas: Se realizan mediante una punción a través de la que se extrae una muestra. Su fiabilidad es elevada, pero suponen riesgo de daño para el feto. Las más conocidas son la Biopsia de vellosidades coriales y la amniocentesis.
- TPNI o Test Prenatal No Invasivo: Se trata de una prueba que no supone ningún riesgo para el feto ni para la madre, y permiten tener un grado de seguridad extra ya que su fiabilidad es mucho mayor al cribado bioquímico. Se basan en un análisis del material genético del bebé, presente en el torrente sanguíneo de la madre. A través de este análisis es posible detectar alteraciones genéticas en el futuro bebé. Se realiza mediante una extracción sanguínea a la madre y se puede realizar a partir de la semana 10 de embarazo, 12 en caso de embarazo gemelar.
En Cerba Internacional realizamos un Test Prenatal No Invasivo que denominamos BBSAFE. Esta prueba nos permite analizar la posibilidad del feto de padecer anomalías genéticas como Síndrome de Down, Síndrome de Edwards o Síndrome de Patau. Esta prueba, además, permite analizar alteraciones genéticas asociadas al cromosoma X y otras alteraciones genéticas asociadas a otros cromosomas.
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