La genética es el futuro de la nutrición personalizada
Gracias a los avances científicos y trabajos de laboratorios, hoy en día podemos decir que nuestro genoma determina la dieta que más nos conviene para mejorar la salud y prevenir enfermedades.
Médicos y nutricionistas pueden ajustar ahora la dieta de cada persona a su genética en aras de mejorar la salud o prevenir ciertas enfermedades.
Antes del inicio de la revolución neolítica, hace unos 10.000 años, en la dieta de las poblaciones europeas de cazadores-recolectores la carne tenía un papel predominante. Sin embargo, tras el advenimiento de la agricultura en el sur de Europa hace alrededor de unos 8.000 años, y a consecuencia de una gran modificación en el estilo de vida, la dieta de los europeos cambió hacia una alimentación menos variada y con predominancia de verduras y cereales.
Un estudio publicado por la Universidad Cornell, en Nueva York, separó y comparó las adaptaciones genéticas que tuvieron lugar antes y después de la revolución del neolítico, lo que revela que este cambio en la dieta quedó reflejado en el código genético de los europeos. Tal y como se describe en el mismo, estos dieron lugar a una serie de adaptaciones genéticas condicionadas por la alimentación.
Así, Alon Keinan, profesor de genética computacional y de poblaciones, y autor principal del artículo, declara firmemente que “el estudio demuestra como la dieta ha sido un factor de peso en la evolución de las poblaciones humanas”.
El presente trabajo podría tener grandes implicaciones para el desarrollo de un joven y emergente campo dentro de la genómica nutricional conocido como nutrigenómica, y que estudia las relaciones e interacción y existentes entre genética y nutrición.
Del mismo se obtiene, según afirman sus autores, y basándonos en los resultados de un estudio genético, médicos y nutricionistas pueden ya ajustar la dieta de cada persona a su genoma en aras de mejorar la salud o prevenir ciertas enfermedades.
De este modo, la investigación muestra que el cambio hacia una dieta menos variada y con mayor presencia de alimentos vegetales, motivó una mayor frecuencia en la expresión de algunos de los genes que codifican las células para producir las enzimas que ayudaron a los antiguos europeos a metabolizar las plantas.
Todo ello tiene implicaciones directas en nuestra alimentación en la actualidad, y aunque la nutrigenómica está dando sus primeros pasos, Kaixiong Ye, investigador postdoctoral en el laboratorio de Keinan y director principal de la investigación, declara que los futuros estudios en la disciplina estarán enfocados a establecer los vínculos existentes entre la variabilidad genética, las dietas y la salud. «En el futuro las recomendaciones dietéticas estarán personalizadas y basadas en nuestro código genético individual”, concluye.