La muerte es una parte esencial de nuestra existencia, ya que sin ella la vida no tendría sentido. De todos modos, es importante diferenciar las defunciones “naturales” (en las que on intervienen factores externos) de las que son causadas por factores prevenibles, como la pobreza, la falta de investigación científica y más.

En la actualidad, siete de cada 10 causas principales de muerte son enfermedades no contagiosas, según las Estadísticas Sanitarias Mundiales de la OMS. Las estimaciones revelan las tendencias en mortalidad y morbilidad por enfermedades y traumatismos. Asimismo, destacan claramente la necesidad de prestar una mayor atención en el ámbito mundial a la prevención y el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las neumopatías crónicas, y de reducir los traumatismos, en todas las regiones del mundo.

Por esta razón y tal y como se establece en la agenda para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, es importante llevar a cabo controles periódicos de salud que incluyan análisis de sangre con el objetivo de llevar a cabo un control de nuestra salud y poder detectar posibles enfermedades antes de que aparezcan, para prevenir problemas de salud y aumentar la calidad de vida de las personas.

1. Cardiopatía isquémica o enfermedad coronaria

Es una patología causada por el estrechamiento de las arterias que van al corazón. Esto causa una reducción en el flujo sanguíneo hacia los tejidos cardíacos, lo que deriva en síntomas como dolor de cuello/mandíbula, latidos rápidos, náuseas y vómitos, dificultad para respirar, fatiga y más. La cardiopatía isquémica es responsable del 16% de las muertes en todo el mundo.

Hay muchos factores de riesgo para el desarrollo de la cardiopatía isquémica, como la edad avanzada, la hipertensión, el colesterol alto, el consumo de tabaco, la obesidad, el historial familiar y la diabetes no controlada. El tratamiento de esta condición siempre pasa por mejorar el flujo sanguíneo hacia el corazón.

2. Accidente cerebrovascular o derrame

El accidente cerebrovascular (ACV), mejor conocido como derrame por la población general, ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerero está interrumpido, lo que acaba en la muerte de las neuronas por falta de oxígeno y, cuando no se recibe el tratamiento con presteza, la muerte de paciente.

Algunos de los síntomas de esta condición son dificultad para hablar, parálisis o entumecimiento de la cara, problemas para ver con ambos ojos, dolor de cabeza y problemas para caminar. El ACV es responsable del 11% de las muertes globales, aunque la mayoría de las personas que lo sufren ya tienen una edad avanzada.

3. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

Se trata de una patología de los pulmones de naturaleza crónica e inflamatoria que impide el correcto funcionamiento de los pulmones. Los síntomas más populares de esta condición son la falta de aire, las sibilancias, la opresión en el pecho, tos crónica, las infecciones respiratorias frecuentes y la falta de energía. La EPOC es responsable del 6% de las muertes en todo el mundo. Más del 80% de estas muertes se producen en países de ingresos medios-bajos.

La principal causa de la EPOC en todo el mundo es el tabaquismo. De otras formas, hay más factores a tener en cuenta como la contaminación del aire de interiores, exposición ocupacional a polvos y humos, genética y eventos que afecten al desarrollo pulmonar en la infancia son algunos de ellos.

4. Infecciones del tracto respiratorio inferior

Las infecciones del tracto respiratorio inferior son las primeras de la lista que sí se consideran contagiosas. Estas condiciones se pueden definir como procesos inflamatorios autolimitados que afectan al árbol bronquial tras infección por vía aérea. Se presentan síntomas como tos, a veces productiva, que puede prolongarse a lo largo de 3-4 semanas.

5. Condiciones neonatales

Existen muchas enfermedades capaces de acabar con la vida antes, durante o poco tiempo después del nacimiento. Algunas de las patologías asociadas a complicaciones graves en la población infantil son la fibrosis quística, la neumonía, la malaria, el sarampión y otros procesos infecciosos. Por suerte el mayor conocimiento científico y capacidad asistencial han hecho que las muertes en la población infantil se reduzcan de forma drástica en las últimas décadas.

6. Cáncer de pulmón (y otros asociados)

El cáncer de pulmón es el segundo tipo de cáncer más común en todo el mundo, y solo lo supera el cáncer de mama. Sin duda, el factor de riesgo más importante es el tabaquismo: las personas fumadoras tienen entre 15 y 30% más de probabilidades de desarrollar un tumor maligno en los pulmones en comparación con los que no lo hacen. La falta de opciones de tratamiento contribuye en gran medida a la mortalidad de este cáncer.

7. Alzheimer y otras demencias

La enfermedad de Alzheimer es el tipo de demencia más común. Se trata de una patología progresiva que comienza a manifestarse en forma de pérdida de memoria leve, pero va avanzando progresivamente hasta la incapacidad para mantener la autonomía. A la larga, la enfermedad de Alzheimer es mortal, pero los pacientes pueden morir por cuestiones asociadas como neumonía, infecciones urinarias y otras.

8. Enfermedades que causan diarrea

Es importante tener en cuenta que las infraestructuras sanitarias no son igual de férreas en todos los países. Las enfermedades diarreicas causan 1 de cada 9 muertes globales en niños. Esto se traduce en más de 2000 defunciones diarias.

Las diarreas graves cuentan con una gran pérdida de fluidos, lo que puede variar en deshidratación y muerte si no se toman las medidas adecuadas. Alrededor del 80% de las muertes asociadas a diarrea son atribuidas al agua insalubre, saneamiento inadecuado e higiene insuficiente. Tener acceso a recursos básicos no debería ser un privilegio.

9. Diabetes mellitus

La diabetes es una enfermedad dónde los niveles de glucosa en sangre están más altos de lo normal. Esto es debido a que el cuerpo no puede producir suficiente insulina o, de otro modo, no la usa de forma adecuada. Se estima que más de 500 millones de personas en el mundo viven con diabetes y se espera que la tendencia vaya al alza con el tiempo.

Aunque se asocie con una enfermedad común, es importante tener en cuenta que puede tener complicaciones graves si no se mantiene controlada. Puede dañar los ojos, los riñones y lo nervios, entre otros. Además, puede llevar a enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y la necesidad de amputar extremidades.

10. Enfermedades renales

Los riñones son órganos esenciales para el bienestar, ya que se encargan de eliminar los desechos del cuerpo, regular el volumen plasmático, controlar la presión arterial, mantener el equilibrio electrolítico y producir ciertas sustancias.

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